En la tarde del pasado sábdao 26 de octubre, tuvo lugar la toma de posesión canónica de nuestro nuevo párroco. La celebración fue presidida por el obispo auxiliar de nuestra Diócesis de Getafe, Mons. José María Avendaño Perea, y concelebrada por D. Cruz Gonzalo López Palomo, rector del Seminario Mayor y por D. Daniel Agudelo Coronado, vicario parroquial.
A lo largo de la celebración D. Ignacio recibió las llaves de la iglesia, se procedió a la lectura del nombramiento del nuevo párroco, quien realizó pública profesión de fe y renovó sus promesas sacerdotales.; además, el Señor Obispo auxiliar le hizo entrega también del libro de los Evangelios y de los principales lugares celebrativos del templo: la sede presidencial, la pila bautismal, el confesionario; por último, el nuevo párroco recibió también de manos del Sr. Obispo auxiliar la llave del sagrario.
Antes de terminar, D. Ignacio dirigió unas cálidas palabras a sus nuevos feligreses y consagró su ministerio pastoral a nuestra Patrona, la Virgen de la Concepción.
Consagración del nuevo párroco, D. Ignacio, a la Virgen de la Concepción:
María, Madre solícita de la Concepción,
me consagro hoy a tu corazón Inmaculado,
al que confío todo mi ministerio pastoral en este admirable pueblo de Navalcarnero al que tu proteges con especial cariño
y al que la providencia divina me envía como guía y servidor.
Enséñame, Madre del Señor y Madre mía, a escuchar la Palabra de tu hijo Jesús y a ponerla en práctica con diligencia,
a enseñarla con sabiduría
y a manifestarla en la predilección por los pobres en los que está presente tu Hijo Jesús.
Enséñame a recibir la Palabra en silencio y con humildad, como tú lo hiciste.
Que con toda esta comunidad parroquial
junto a la que camino en la fe como un cristiano más,
llevemos la Palabra a los que no conocen a Jesús,
que demos testimonio fiel del Evangelio, no con palabras, sino con la vida,
anunciándolo con obras santas que precedan siempre a las palabras santas.
Enséñame a recorrer el nuevo camino que el Padre me marca
con la mirada puesta siempre en Jesús, contemplándolo, adorándolo e imitándolo.
María, mujer del Magníficat, enséñame a ser humilde y alegre, servidor y contemplativo, constructor de paz y celoso apóstol del Reino de tu hijo Jesús;
misericordioso y exigente, caritativo y obediente.
Enséñame a ser fiel a la misión para llevar a Jesús a la gente y a la gente a Jesús.
Madre amada, Virgen de la Concepción, esta fue tu propia misión,
la que Jesús te confió y que te has dignado compartir con nosotros.
Ayúdanos e intercede por este pueblo de Navalcarnero que incesantemente te implora. Amén.
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